No. Te. Acerques. A. Mí.
Es simple, ¿no? Es una petición autoritaria. Un aviso, una amenaza, un lamento, un grito y un "te perdono, pero no te acerques a mí".
Es simple, ¿no? Es una petición autoritaria. Un aviso, una amenaza, un lamento, un grito y un "te perdono, pero no te acerques a mí".
"No" de nunca, de "aquí ya no", de negación rotunda, absoluta e irreversible.
"Te" de tú. De todo tu cuerpo y de, sobre todo, tus manos. "No te". No tú.
"Acerques". Tu ser dentro de mí, dentro de mi espacio vital. "No te acerques". No me acerques a ti.
"A" de grito. De orgasmo. De Adiós.
"Mí" de esto que soy. De lo que has hecho conmigo. De roto.
"NO TE ACERQUES A MÍ"
Como una abeja tentando a la muerte revoloteo y me poso de rodillas en tu regazo.
Mis lágrimas son mi aguijón.
Si lloro delante tuya, te hiero y muero.
No-te-acerques-a-mí.