THE END

Creo que la esencia de esta historia—puede que la más corta del mundo, después de la de ese dragón—esté en que sólo hay un protagonista, y una línea, y esa línea es un efímero diálogo entre tú y yo en el que no respondes (¿Entonces es un monólogo, quizás?) y que encima termina con un punto y coma; como si pudiese continuar, pero ninguno de los dos quiere. Algo así.