Monólogos de dos corazones que no sabían cómo hablar sin amar, y viceversa.


Le miro, y parece tan frágil.

La miro, y parece tan frágil.

Duerme, y me entran estas locas ganas de enlatar cada uno
de sus suspiros. Por si caduca.

Sueña, y me sobran razones para enjaular a todos
sus pájaros. Por si despierta y no están.

¿Qué haría él sin mis delirios?

¿Qué haría yo sin sus delirios?

Probar la Paz con cucharitas de té. 

Recordar lo mucho que odio lo dulce 
sin este contraste amargo de su sonrisa triste.

Qué triste. 

¡Ay!...

Me quiero quedar. Pero no puedo.

Quiero que se quede. Pero no debe.

Me voy.

¿La amarro?

Me espero. De todas formas aún duerme...

Me espero. De todas formas aún duerme...

A ver cómo le abrazo para que no despierte; así. 

A ver cómo la beso para que no despierte; así.

¡Ojalá no sepa que le estuve mirando mientras dormía!

¡Ojalá no sepa que la estuve amando mientras dormía!


Silencio.